martes, 6 de agosto de 2013

Cambios




Ayer por fin volví a verte.

Vestías de lluvia y hablabas a voces, con la profundidad del eco que precede a la tormenta.

Con el sigilo y la pausa de tu cara de niña buena y el cobrizo destartalado de tus cabellos de sombra que se pierde en la tarde avanzada, vuelves a mi.

Andabas con prisa, a horcajadas, somo soñando despierta, y, bajo copos metálicos te insinuaste entre acordes urbanos. Colmas el consciente hasta llenar las venas de sensaciones vividas.

Con tu nueva hendidura de grises y azules escarchas mis ojos y vuelve la belleza a la mediocridad pasiva. Como coro de lenguas muertas, vuelves a mi.

La estocada tuerce el cielo y se vierte a chorros la lanza de Apolo, administrando a mano alzada un toque de Midas sobre el dibujo a lápiz en el que me encuentro. Y todo cobra luz.

Despiertas mi pupilas, el corazón henchido y nuevo amor que se acerque a mi puerta. Vuelves a mi.

Te creí perdida y te fui infiel en mi vestir diario. El jabón no hizo presas ni los perfumes vencieron los hedores de herrumbre. Pero supe carecer de ambición y carisma. Esperaba tu respuesta.

Ahora, por fin, vuelvo a verte. Y quiero tus manos en mi rostro de nuevo. Quiero tu perfume de nuevo en mis ropas. Y el deseo inefable de tu suspiro en mis oídos.

Golpe de vida, suerte de cambio, risa descarada, alma inquieta...

... vuelves a mi.

1 comentario:

Begoña dijo...

Y que siempre vuelva...precioso.
Mil besos

Bego

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